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No eres tú, ¡Soy yo!: Un universo divergente

PRÓLOGO

Uno de los grandes enigmas de la humanidad reside en la posible existencia de infinitos universos paralelos y divergentes. Cada uno de estos universos converge y diverge en puntos aleatorios, a veces con caminos hermosos y dulces, a veces con calvarios y guerras. 

Muchas veces nos preguntamos "¿Qué hubiera pasado si las cosas se dieran de otra manera?". La sabiduría popular dice "El 'hubiera' no existe", no obstante, la ciencia pareciera estar muy cerca de demostrar todo lo contrario. Quizás esta historia que estamos viviendo es una migaja de un infinito pastel de universos. No lo sabemos. Ahora bien, en un mundo en el que la fantasía es algo que se puede plasmar en un relato, nos podemos dar el lujo de ver cómo nace una nueva galaxia, un nuevo destino... Bienvenidos a este viaje. 


Capítulo 0: Una noche en el club (L. M. y Arte: Yesi-Chan a.k.a. Gaticaeitan)

Es viernes. Ya con el stress de las pruebas semestrales superado, Maika concluye en irse de farra con dos conocidas de otras facultades de la universidad. Se ponen de acuerdo y resuelven irse a un antro. IA, que estudiaba Ingeniería en Sistemas, sólo pensaba en sentarse, escuchar buena música y beberse unos martinis con fresa. Clara era una buena estudiante de contaduría, pero no podía pensar en fiesta porque la ansiedad de margaritas le enloquecía. Maika las conocía bien, y sabía que se emborracharían en sus asientos. Resolvió no beber nada fuerte, más se preocupaba en una cosa: Bailar.

Conforme pasaban las horas, Maika se desataba más y más en la pista. Los chicos sólo la miraban, ya que frecuentaban el lugar y siempre la hallaban bailando. Sin embargo, ninguno la sacaba a bailar, en eso ella era implacable: "Yo escojo con quién". Como cosa curiosa, hasta ese momento nadie supo de ningún afortunado que tuviera el honor de compartir con ese hembrón que seguramente en algunos años sería una modelo. Hasta ese momento...

Luego de la medianoche, Maika comienza a aburrirse. La música estaba buena, pero quería algo diferente. No quería sentarse con IA y Clara porque estaban bastante bebidas, riéndose solas de cosas incomprensibles. Cuando casi resuelve irse ve que por la puerta del club entran cuatro chicos. Maika los miró y frunció el ceño, eran los apodados "Tres Chiflados", porque luego que bebían terminaban golpeándose entre ellos mismos. Se llamaban Ramón, Juan y Tito. Pero el cuarto chico... ¡Oh, Sorpresa! Era el chico nuevo, el que viene del pueblito aquél, el chico tímido con el que ese día temprano Maika se tropezó tras resbalar con el pedazo de pollo que estaba en el suelo del cafetín. Parece que los tres locos le convencieron de ir "para que conociera cómo era la vida nocturna de la ciudad". Se fue muy bien vestido y perfumado, como todo un príncipe. Maika, quien a pesar de lo mucho que bailó, estaba un poco "alegre" por la bebida y se dijo "Este va a ser mío, por fin sacaré a alguien a bailar".

Se las ingenió para que los tres borrachos aquellos le dejaran el paso libre (les dijo que en el bar de enfrente había cerveza con descuento) y se sentó junto al nuevo. Conversó un poco con él y lo notó súper intimidado. Maika, con mucha malicia, le invitó a tomar un trago. Pidió whisky para él. Como buen caballero que era, no se negó, aunque nunca había bebido. Como suele pasar, el primer sorbo le "regañó", sintió un ardor extrañísimo... Pero le gustó. Maika le sacaba conversación, y él se relajaba con el pasar de los minutos. Al rato Maika se encontraba bailando de lo lindo con el novato. Los ojos de los chicos que frecuentaban el club no podían creerlo. ¡Un tipo a quien tuvo menos de 24 horas de conocer logra lo que los demás no pudieron en años! 

Maika le siguió dando de beber, el chico se emborrachó muy rápidamente, pero no dejaba de bailar. Ella estaba embriagada, pero no por el licor, sino porque al fin estaba bailando con un hombre digno de ella... con un caballero. A pesar de la borrachera, el chico nunca se propasó, ni peleó ni dijo barbaridades. Ella estaba feliz... Mientras tanto, IA y Clara tenían los zapatos en la mesa, mirando al infinito, extremadamente borrachas. 




Casi al amanecer, Maika dejó al chico nuevo en la entrada de su casa. Él se despidió dando las gracias porque la había pasado muy bien. Lo único incómodo sería que a la pobre Maika le tocó llevar también a IA y a Clara a sus casas, pero ellas iban dormidas por la borrachera. Son las 5:45 de la mañana. Maika estaciona su carrito en el garaje, se baja, abre desesperadamente la puerta de su casa, intenta llegar al baño. No pudo. Se desvaneció. A los pocos minutos reacciona, se levanta del suelo y se va a su cama, esta vez con una sonrisa en los labios y una ilusión en su mente... El chico nuevo... Gakupo.

Capítulo 1: Amnesia (Y que recuerdes) - Letra y Música: AlexTrip Sands. Arte: Pimienta-Kast.

Ya han pasado dos semanas desde que Gakupo se fue. Las llamadas desde la oficina no han sido respondidas. Miku pelea con su depresión para levantarse de la cama. No ha habido un solo día en el que ella no se siente en la ventana, llorando, meditando, tratando de entender por qué ese buen chico, que tanto amor le daba, se había marchado. ¿Por qué decidió terminar con todo e irse?

Ella conoció a Gakupo gracias a que Gumi, una amiga que conoció por asuntos de trabajo, los presentó. Gakupo era compañero de la peliverde en una empresa tecnológica. Estaban en el área de publicidad. Se hicieron buenos amigos, se unieron en varios proyectos, y su amistad se fue afianzando. Gumi veía que su compañero de oficina era un buen chico, muy decente, educado y de un hablar pausado. Sin embargo, notaba que había un toque de tristeza en su semblante. Una tarde, luego de la jornada laboral, Gumi le invita a tomar algo por allí. Gakupo, un tanto extrañado, aceptó. Llegan a un club que ella solía frecuentar de vez en cuando. Él cambió radicalmente su rostro, la tristeza se acentuó en su mirada. "¿Qué pasa?" pregunta Gumi. Toman asiento, piden unas bebidas, y Gakupo, luego de mucho tiempo, rememora aquella historia de amor. "Fue aquí donde la conocí". Hubo un amor en los tiempos de la universidad. Una chica delgada, hermosa, de piel muy blanca, con una personalidad arrolladora, cuerpo de modelo y voz de ángel. Se llamaba Maika. No fue un amor de aula, sino una relación poderosa, estable, llena de pureza. "Murió de cáncer -relata Gakupo-, justo el día en que le iba a pedir que se casara conmigo". Gumi estaba conmovida.

La conversación siguió. Gakupo se sentía extrañado. El interrogatorio le parecía confuso y presumía que Gumi podía tener otras intenciones, a lo que ella respondió entre carcajadas "Tranquilo, entre mis gustos no están precisamente los hombres; tengo mi pareja desde hace un año, ya la conocerás, es abogada". Y enseguida añadió "Pero sí sé de alguien que te gustaría conocer". Gakupo dudó, pero Gumi insistió "¡Hijo, la vida sigue! Uno no olvida a las personas que amamos y que se fueron adelante, pero quizás ellos estén mejor si los que nos quedamos aquí lo hacemos con felicidad". Ante tal argumento, el chico no podía negarse. Se concertó el encuentro. Miku llevaba mucho tiempo sin una cita, pues sus compromisos artísticos se lo impedían. Apenas vio al chico se derritió, no sólo por su físico, sino por su sobriedad al vestir y su hablar pausado y elegante. Una decencia admirable. Flechazo inmediato. Pasó el tiempo, y llegó la vida en común entre esa cantante y el publicista.

Todo iba muy bien hasta aquella triste tarde de abril. "¿Mi amor? ¿Qué tienes?", decía ella acercándose a su amado, secándole las lágrimas. La respuesta que él le dio fue larga, dolorosa, confusa. Ella no entendía nada, de pronto su mundo perfecto se desplomaba sin dar una sola explicación. Él agarró su maleta y se fue de la casa que él había comprado para ambos. Han pasado quince días. Miku sigue llorando.

Sólo sale a comprar algo de comer, a caminar por el parque, con sus botitas y una chaqueta verde. Siempre va como sin rumbo, sin destino, buscando una respuesta... Llamarlo a la oficina es inútil. Gumi le dijo que no sabía nada de él. Miku no tiene a dónde ir, más que a su casa, a su ventana, a mirar si él regresa. Sólo ve el infinito, la reja de entrada y su jardín lleno de claveles, todas esas flores que él plantó con sus manos para que ella pudiera contemplarlas siempre.

El dolor era muy grande. Miku no hallaba que pensar. De pronto, surgió una posibilidad. Quizás se lastimó mientras ella no estaba, se golpeó la cabeza y perdió la memoria, olvidando ese amor que él le profesaba. Se arrodilló frente a su ventana, con un clavel en la mano, sumergida en llanto. Pidió al Creador que sanara a su amado de esa dolencia, de esa amnesia. Minutos después, le dejó un mensaje de voz por mensajería... Un ruego... "Por... favor..."


Al parecer tenía el teléfono apagado, no llegó a marcarle el "doble check". Miku va a la cocina a limpiarse la cara. Necesita comerse algo urgente. Abre la nevera, sólo encuentra una bolsa de pan y un frasco de chocolate para untar. "Lo que faltaba... y yo que no como pan con chocolate".

Capítulo 2 - No eres tú, ¡soy yo! (Letra y Música: Yesi-Chan. Arreglos: AlexTrip Sands. Arte: Yesi-Chan y Pimienta-Kast)


Miku se negó a comer algo tan dulce. Así que regresó a la ventana, aquella que da al hermoso jardín con claveles. Respira profundo. Cae en cuenta del tiempo que ha pasado. "Quince días... y me acuerdo como si fuera ayer".

Aquella tarde, Miku estaba de descanso. Aprovechó que no tenía nada que hacer en su trabajo para prepararle una sorpresa a su amorcito: una torta (pastel, tarta) bien esponjosa, como a él le gustan. Cuando se dispone a cocinar, nota que el cielo comenzaba a nublarse. "¿Lluvias en abril? Eso sí que es raro", pensó ella. El sol se escondió, unas gotas comenzaron a caer... y en ese momento, Gakupo entró a la casa, cabizbajo, con un rostro irreconocible por su expresión de tristeza. 

"¡Hola, mi amor! Llegaste temprano. Vamos, ponte algo cómodo que te tengo una sorpresa", dijo Miku desde la cocina, sin mirar la expresión de su amado. Él, confundido, la mira desde la sala, feliz, entusiasmada, enamorada... Pero no, no podía postergar más su decisión. Se armó del poco valor que le quedaba, respiró profundo, tragó saliva y se fue a la habitación de ambos. Abrió el armario, sacó una maleta y empezó a llenarla con la ropa necesaria. 

Minutos después, el regalo ya estaba horneado y adornado con mucho chocolate y dulce de leche. Miku lo lleva en sus manos directo a la sala, y de pronto ve a Gakupo, maleta en mano, sentado en el sofá, mirando aquella foto que se tomaron juntos, analizando que su chica se sentía plena y feliz ese día, mientras que él tenía una sombra que no lo dejaba en paz, aunque ese día pensaba que toda esa crisis interna desaparecería. "¡Qué equivocado estuve!" pensó Gakupo. 

"¿Y esa maleta, amor? ¿A dónde vas?", preguntó Miku extrañada, pero suponiendo que eran asuntos de trabajo. Gakupo, con una expresión de derrota, se levanta y trata de explicarle a esa maravillosa mujer que era un viaje sin retorno, que se iba de la casa. "Miku, yo... yo no puedo seguir más con esto. Yo te adoro con mi vida, pero... no puedo estar más contigo". 

-Pero mi amor, ¿cómo que te vas? ¿Qué hice?
-No, no, Miku, no eres tú... Soy yo.


"¡NOOOOOO!" fue lo único que gritó Miku por varios minutos, llorando, tirada en el suelo, frente a la puerta que se cerró ante ella al irse ese hombre al que ella le entregó todo su ser. Afuera, la lluvia caía sin piedad. El agua se mezclaba con las lágrimas de Gakupo, quien, maleta en mano, se dirigió a la licorería, compró una botella de ron, se sentó en un banco en una plaza, bebió por un rato. La lluvia no cesaba, la borrachera se apoderó de él, y su impulso fue claro: Se dirigió al cementerio, a la tumba de Maika.

Capítulo 3: Yo te espero (Letra y música: AlexTrip Sands. Arte: Pimienta - Kast y Yesi-Chan. Edición de video: Pimienta - Kast)

Lo último que escucharía Gakupo de Miku fue aquel grito de dolor al momento de cerrar la puerta, con la intención de nunca más volver. Con los pensamientos cruzados, él comenzó a caminar sin rumbo. No sabía que hacer, el impulso de escapar de esta mujer que lo amaba con locura no le permitió armar un plan. 

En el camino pensó que sería buena idea pasar por la casa de alguno de los muchachos, para ver si le daban un espacito mientras buscaba rentar un cuarto en alguna otra parte. Tocó la puerta de Ramón. Nadie abrió. Pasó por casa de Juan, le silbó como regularmente lo hacía y no respondió. Lo mismo pasó en casa de Tito. Ahí se sentó en las escaleritas que daban entrada a la casa, esperando a que amainara el torrencial aguacero que caía y no cesaba. En esos instantes se mantuvo pensando en todo lo que le estaba ocurriendo, Pensaba en Miku, pensaba en Maika, pensaba en él... En eso, reparó en que estaba abierta la licorería de la calle de enfrente. Esquivando inútilmente la lluvia, entró, compró la botella del licor más fuerte que había. Le vendieron un ron rarísimo que venía en una botella verde. Compró un vasito, se fue a una plaza, se sentó en un banquito aprovechando que por la lluvia no había nadie. Durante largo rato se dedicó a maldecir su destino, no entendía por qué le pasaba eso a él, que simplemente no quería hacerle daño a nadie. Sin darse cuenta, se bebió toda la botella. 

La borrachera fue tan colosal que se le olvidó que estaba lloviendo, no se percató que estaba anocheciendo, ni siquiera sabia en qué planeta estaba. Así, con la borrachera, su impulso fue irse al cementerio. Necesitaba ver la tumba de Maika, su adorada novia de la Universidad, esa mujer que movió su piso, le mostró la felicidad más grande, le permitió soñar despierto, aquella que moriría antes de convertirse en su esposa.

Allí, bajo la lluvia, con el organismo lleno de alcohol, se plantó frente a la lápida. Le recriminó: 

- ¿Por qué coño te tenías que morir, ah? ¿Por qué no me dijiste que estabas enferma? ¿Por qué me tuve que enterar justo el día de tu muerte? Yo quería hacerte mi mujer, quería dedicarme a ti, hacer una familia, tener nuestros hijos, ver nietos... ¡No es justo, Maika, yo aún te amo! ¡Llévame contigo!

De pronto, escuchó una voz. Decía su nombre. -Gakupo... - La reconoció de inmediato. Miró hacia los lados, y de pronto vio una figura blanca. -No, no puede ser... no puede ser ella... - Volvió a hablarle. No era un sueño. Era la imagen más brillante que había visto jamás. La voz era inconfundible, pero tan potente que abarcaba todos los rincones del universo. Y el mensaje le heló la sangre...

-Mijo, ¿qué te pasa? ¿Eres feliz y no te has dado cuenta?
-Pero mi amor, yo te amo, yo me quiero ir contigo. 
-Tú tienes que seguir allí, con ella. Tú la amas de verdad. No compares el amor que nos tendremos por siempre con este amor nuevo y fresco que tienes con ella. Es linda, te hace sonreír. Yo sigo contigo, en tu mente y en tu corazón, y así siempre me tendrás viva, pero tu vida terrenal debe seguir y mereces volver a amar.


Mientras tanto, Miku, que aún no se recuperaba de lo que había pasado, estaba hinchada de tanto llorar. De manera errática se dirigió a su cuarto, esa habitación que tanto amor guardó por tanto tiempo y que de pronto se desvaneció. Se sentó en la cama, con la mirada perdida. De pronto, repara en una pistola que Gakupo guardaba por mera seguridad, ya que el esposo de una amiga que era detective le había sugerido que tuviera una, ya que había delincuentes merodeando la zona. Miku la mira, y se le cruza el pensamiento más negro que un ser humano puede permitirse: Volarse la sien de un balazo para que todo ese sufrimiento termine. 



En el cementerio, Maika, luego de decirle a Gakupo que rehiciera su vida, porque aunque él no quisiera admitirlo, se había vuelto a enamorar, de una manera distinta pero hermosa de esa mujer tan linda llamada Miku, se desvanecía. Gakupo comenzaría a abrir sus ojos lentamente. Seguía mareado por la borrachera. Se dio cuenta de que estaba tirado en la grama, con la tumba de Maika al lado. Recogió su maleta, pensó que había dejado la botella en otro lado, así que se dispuso a dirigirse al bar de Paco, necesitaba seguir bebiendo, pues sólo así tomaría el valor de regresar a su casa y pedirle perdón a Miku. Sin embargo, su meta no se cumpliría en ese momento, pues alguien se interpondría en su etílico camino.

Ahora bien, antes de proseguir con estos acontecimientos, es justo dar una mirada al pasado, precisamente al punto que desencadenaría todas estas nuevas historias. Viajemos en el tiempo tres años. 

CAPÍTULO ESPECIAL: Me entrego a ti (Gimme the love) (Letra, Música y Arreglos: AlexTrip Sands - Arte y concepto visual: Yesi-Chan a.k.a. Gaticaeitan & Pimienta - Kast)

Luego de salir de la universidad, con unas calificaciones mediocres, pero graduado al fin, Gakupo se refugia en su casa. Lo único que lo distrae a medias es la tediosa búsqueda de empleo. Su objetivo laboral más ambicioso era una empresa dedicada a todo lo relacionado con Internet, sin embargo, sabía que entrar allí era complicado y que necesitaría, a falta de buen currículo académico, experiencia. Pasado un largo tiempo conseguiría ese empleo, pero volvamos a lo que nos concierne. 

Las noches de Gakupo eran sombrías, tristes. No veía televisión, no escuchaba música, sólo se sumergía en sus recuerdos y pensamientos. Estaba aislado, encerrado, sólo pensaba en Maika, su amor eterno, y que ya no estaba junto a él.

Una noche, a eso de las 9:15, recibe un mensaje grupal a su teléfono. 

-¡Epa, muchachos! ¿Listos para la fiesta?

Gakupo no estaba enterado de nada. 

-¿Qué fiesta?

Juan cumple con contarle. 

-Tenemos una rumba en casa de Tito, y viene un combo de mujeres que están ufff... Ya tengo listo el aguardiente.

Ahí Gakupo recordó que los egresados habían resuelto organizar una fiesta para despedirse de la universidad. Por lo que había escuchado, cada vez que había una fiesta en casa de Tito, era casi seguro que hubiese un preso, un herido o una embarazada. Literalmente se formaba un desnalgue. En eso Tito invita a Gakupo, con el respectivo regaño. 

-Coño Gakupo, sal de ese encierro, lo que pasó pasó, tienes que venir, además te tenemos preparada una sorpresa pa que cambies ese ánimo. ¡Vente!

Gakupo lo pensó, lo meditó, y luego de unos pocos minutos, respondió. 

-¿Saben qué? Mejor no, muchachos, otro día será...

Debido a que Gakupo decidió no asistir a la fiesta, su vida no sería la única que cambiaría.
Todo este nuevo universo daría giros completamente inesperados...
Y nacerían nuevas historias...

Esta es una de esas historias. 

Pasadas las 11 de la noche, entra una chica que se enteró de la fiesta por unas compañeras de clase. Aunque ella no estudiaba en la misma universidad, se animó a ir. Quedó en encontrarse con sus amigas más o menos a esa hora. Estuvo largo rato buscándolas pero no estaban por ninguna parte. Ella allí, sola, se sentía incómoda pues no conocía a nadie, además los chicos estaban poniéndose alegres con la bebida. De pronto, una mujer se percata de la presencia de esta chica. Le mira con atención y se da cuenta de que no se siente muy cómoda. En un gesto de cortesía, se le acerca y le saluda. "¡Hey, hola!". La chica mira a todos lados para ver si el asunto no era con ella. Se equivocó. Responde con duda "¿Ah? Emmm... ¡Hola!". 

La mujer era muy elegante, desbordaba sensualidad. No parecía ser una estudiante regular. Y así era. Ya tenía un tiempo de graduada, y ya ejercía como abogada en una firma reconocida. ¿Qué hacía en la fiesta? Algunos estudiantes se asesoraban con ella en algunas materias, y en agradecimiento la invitaron. 

-Estás como perdida, ¿te dejaron plantada?
-Ay, sí, unas amigas que me dijeron que estarían aquí y no sé dónde se metieron. No conozco a nadie.
-Eso no es problema. Mucho gusto, mi nombre es Luka.
-Hola, soy Gumi, un placer.
-Si quieres nos sentamos afuera, aquí adentro hace calor y comienza a apestar. Así tus amigas pueden verte. 
-Perfecto, vamos. 

Se sentaron en un banquito en el jardín exterior. Comenzaron a hablar para matar el tiempo mientras aparecían las amigas de Gumi, cosa que jamás pasó. La charla se fue poniendo más interesante cada vez. La empatía fue inmediata. Cuando se dan cuenta, el sol comenzó a asomarse. Ya eran más de las seis. El tiempo se hizo corto, pero la conversación no podía quedarse ahí. 

-¡Me caíste súper bien! Te doy mi número por si acaso necesitas una asesoría legal, o si quieres seguir con la charla. 
-Ah, perfecto, ya te lo iba a pedir. Igual yo estoy a la orden por si necesitas ayuda con tu conexión a Internet. 

El contacto se estableció. A partir de ese momento, y por casi dos años, se hablaron todos los días. Notas de voz, mensajitos, clips de video, a veces salían a caminar por el parque. En una de esas caminatas, sin querer queriendo, un roce accidental casi logra que sus manos se estrecharan. Ambas reaccionaron a ese impulso tan extraño. Se miraron, se sonrojaron, intentaron disimular y siguieron su camino. Es en este momento cuando ambas comenzaron a sentir algo distinto, y gradualmente se hacían conscientes de eso. 

Varias semanas después, Luka decide hablar del tema.

-Necesito que vengas a mi casa, ¿puedes? Tengo que hablar contigo.

Gumi recibe el mensaje, lo lee, y aunque no sabía qué le sucedía a su amiga, consideró que era el mejor momento para hablar de ese tema.

-Voy saliendo para allá, así hablamos bien. 

Gumi llega a casa de Luka, quien la recibe con algo de nervios. Le pregunta si quiere alguna bebida. Ambas toman un vasito de ron. Se sientan en el sofá y, respirando profundo, ponen el tema en la mesa. 

-Gumi, dime una cosa, por curiosidad, ya que nunca hemos hablado de eso. ¿Tú tienes novio? 
-No, desde hace mucho no salgo con nadie. -Y se decía en sus adentros "Sólo contigo". -¿Y tú, Luka?
-Salí con un chico en la universidad, pero no me daba tiempo, o no me interesaba mucho. Me aburre estar organizando citas con la gente. -Y en su mente completaba "pero contigo organizo lo que sea". 

Ahora entendían menos. Hubo un silencio terrible. Si ambas tenían su experiencia saliendo con chicos, ¿Qué era esa sensación que se generaba cuando se acercaban la una a la otra? Eso no podía ser posible. Gumi se empezó a asustar, pensando que era a ella sola que le cruzaba un pensamiento raro, así que decidió que lo mejor era irse y respirar. No podía concebir tal idea. Se levantó del sofá, pero al mismo tiempo Luka hacía lo mismo, para ir a respirar también, con la excusa de ir al baño. Al levantarse, ambas se acercaron demasiado, casi chocan. Sus miradas se cruzaron. Durante varios segundos Gumi y Luka se veían los ojos, las mejillas y la boca sin decir palabra alguna. Sus respiraciones se aceleraban, las mariposas en el estómago se convertían en explosiones volcánicas. El rubor en sus rostros era demasiado notorio, y una leve transpiración se comenzaba a ver. En un estado de absoluta hipnosis mutua, ambas sólo lograron articular tres palabras, al unísono: "¿Qué... está... pasando?".

Aquellas manos que intentaron cruzarse en aquella caminata, se estrecharon en ese momento. Cada una sintió el calor de la otra. Por alguna fuerza extraña, ambas comenzaron a caminar, sin dejar de mirarse, rumbo a la habitación de Luka. Era una pieza sencilla, sin muchas cosas, sólo su cama, una mesita de noche con una lámpara. Lo más curioso era el inmenso espejo que ocupaba una de las paredes en su totalidad. Luka era muy cuidadosa con su imagen, y por eso lo mandó a poner allí. En sus planes jamás estuvo convertir a ese espejo en testigo de lo que sucedería esa tarde. Ya en la habitación, aún sin dejar de mirarse y sin soltarse de las manos, Gumi se acostó en la cama. Luka se posó sobre ella. Allí, sin escapatoria, mientras sus labios comienzan a acercarse, entienden que aunque lo que está a punto de ocurrir es lo más absurdo e impensable de sus vidas, no tienen temor, angustia, repulsión, complejos, pudor... Deseaban hacerlo sin demora. Aunque no lo decían, Gumi deseaba volar al infinito, mientras que Luka se moría por arder entre las llamas. Un segundo antes de que sus bocas entraran a otras labores, en su hipnosis, ambas se rogaron "Gimme the love". 

Al anochecer, Gumi intentaría reaccionar a lo ocurrido. Sin decir mayor palabra se fue a duchar. Quizás el agua caliente le despertaría la razón para asimilar la locura que acababa de ocurrir. Ella no era así. Mientras el agua limpiaba su sudor y mojaba sus pensamientos, Luka le abrazaría desde atrás, como diciéndole que no había nada que pensar, que simplemente estaba escrito que ellas pasarían por esto. El ambiente, durante esa noche, se vistió de vapor, gotas de agua caliente y gemidos a dos voces. 


Un año después, ambas se establecieron como una pareja consolidada. Habían comenzado el papeleo para casarse, eran dos mujeres felices. Era inevitable mirarlas mientras paseaban: Gumi, con un estilo intelectual típico de su carrera, y Luka con una imagen más vanguardista. Se complementaban a la perfección. Una tarde, Gumi regresa a casa mientras Luka se ejercitaba un poco. Se saludan afectuosamente, y enseguida la peliverde comenta que se tomó un café con un compañero de la oficina. 

-Me dio cosa con el pobre, cargaba un despecho muy duro. ¡Imagínate, enviudó antes de casarse! Pero el tipo es un caballero, muy decente y respetuoso. Bueno, de hecho le presenté a Miku, sabes, la cantante, a ver si comenzaba a irle bien conociendo a una persona diferente. Yo creo que ellos hacen linda pareja. Pero tienes que conocerlo, te va a caer muy bien. Se llama Gakupo.

Luka detuvo todo. Se quedó congelada, con los ojos abiertos, un frío recorrió su espalda. Miró a Gumi con una cara endurecida y le preguntó casi a los gritos:

-¿Gakupo? ¿¿¿Tu compañero de trabajo es Gakupo???

Continuará...

Comentarios

  1. holaaaaa alex cuanto tiempo, mira acabo de escuchar pan con chocolate y na'guara 'e wena chamo, y que mas?, mira te tengo una propuesta, haz un cover de chantaje de shakira y maluma con las voces de bruno y maika te parece la idea?

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    1. Hola! Te diré que ya esa versión existe y la hizo la gente de FD Vocaloid, precisamente con esas voces. De todas formas gracias por la sugerencia.

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  2. Me gusta mucho la historia seguiré esperando aque la continuen, 😍 como siempre ustedes no me decepcionan, perp aun así, si que dejan en ascuas a uno por saber que sigue.

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  3. NO MANCHE... UNA VERSIÓN PARALELA A PAN CON CHOCOLATE??? D: *O*

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    1. ESTÁ HERMOSO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! D: AAAA!!!!! DX

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  4. ¡Uff! Una saga mas que me tendrá impaciente. Siempre me es extraño escuchar tanto a algún productor de Vocaloid que al punto donde reconozco los detalles de pronunciación que agregan y los suyos Alex son los mejores.
    Dejando de lado el género practicamente inexistente dentro del fandom en el que basas tus composiciones, tus canciones son para traerlas todo el día pegadas a la cabeza.
    De nuevo, has realizado un trabajo excelente con mi Diva preferida y espero tengas muchisimo exito durante esta saga y las que sigan!

    Un saludo y un abrazo grandote desde México ❤

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  5. Jajaja lo de las versiones te quedó fina se puede decir que son version occidental y japonesa y si es una forma de narrar historias interesantes hasta se pudiera usar en el anime lo de los universos alternos 😏😏😏

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  6. Por fin le continuaron con la historia, pareciera que llevó años esperando a que continúen con ellas, la verdad me gusto mucho pero qui3ro saber si van a sacar los spin-off de la 1° era saga, y si van a continuar con la historia del monte culebra y #i es asi yo seguiré 3sperando 🙂 ?e encam😍😍😍😍😍

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  7. UFF COMO VA TODO ESTO.
    Ah, una saga más que amar y una saga más para esperar a que la continúen :')
    Seguiré pasando por aquí, dejando mis estúpidas teorías, ¡yo sé que las aman! -mentira-
    Espero les vaya bien con esta nueva joya, Birak los ama.
    Bye bye!

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    1. Hola, y disculpa la tardanza. Por supuesto que tus teorías son bienvenidas aquí y en YouTube, la idea es que todos comenten y compartan sus impresiones, por muy locas que parezcan. Esperamos seguir leyéndote en los próximos episodios de las sagas. Un abrazo enorme.

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  8. Hola, yo aquí pasando otra vez ustedes si que dejan en ascuas a uno, pero bueno me gusta la historia seguire biendo que pasa.

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