En una de esas largas conversaciones con los amigos que están en Discord, surgió un tema bastante interesante: Las parejas de Gakupo. ¿Qué vivía él con cada una de las mujeres y qué vinculación podría existir entre él y cada una de las chicas que pasaron por su vida? Luego de un análisis interesante, creo que es tiempo de compartir algo que podemos establecer como canónico en esta historia. Así que... Oído al tambor.
Hay que comenzar diciendo que Gakupo es un tipo muy carnal, de piel. Si algo lo une a una chica es la intimidad. Y en este particular hay mucho que comentar. Para empezar, con la única pareja que no tuvo ningún encuentro sexual fue con Maika. Él la respetó siempre, quizás por su timidez, quizás por los valores inculcados por sus padres (recordemos que Gakupo viene del campo y allí la educación es más conservadora que en la ciudad), o quizás también por su deseo de casarse con ella en absoluta pureza mutua. La cosa es que ese amor que ellos se tuvieron era puro, hermoso, verdadero. Hasta esta parte, podemos unir la saga mencionada en el título y "No eres tú, ¡Soy yo!". Ahora viene el quiebre.
Vino aquella fiesta a la que él decidió asistir, las cosas cambiaron. Tiempo después de varias historias que conoceremos en su momento, apareció Miku, y luego Gumi. Con ambas la intimidad era promedio. Al haber cierta "estabilidad"la frecuencia y creatividad íntima no eran mayor cosa. Había algunas salidas furtivas en las que la pasaban bien, pero nada fuera de lo ordinario. Cuando aparece IA, Gakupo conoce experiencias mucho más... avanzadas. IA se podía mostrar muy dulce, pero en el tema sexual era muy desinhibida. Venía de tener algunas parejas de distintos calibres, con frecuencias variadas, además consumía literatura erótica, videos y series para adultos y un largo etcétera. Ese no era un tema nada tabú para ella. Lamentablemente ella se convirtió en la clase de personas que creía que sólo con sexo podía asegurar la permanencia de su pareja. Triste error del que no se daría cuenta sino cuando ya era tarde. Pero volviendo a Gakupo, él conocería técnicas increíbles, alucinantes, perversas, atrevidas... Ella sería la que le dio el toque salvaje a su sexualidad. Podían hacerlo varias veces al día, de distintas maneras y con un desenfreno brutal. Él conocería el juego fetichista e incluso algunas prácticas sadomasoquistas. Sin embargo, les sorprenderá saber que el mejor sexo se lo dio quien menos esperan.
Gakupo se encontraría con Rin, una niña con cuerpo de mujer grande. Completamente inexperta, era la persona perfecta para que él la pudiera moldear a su antojo, y así sucedió. Dada su juventud, ella podía darle muchas horas intensas, haciendo cada cosa que él quisiera, como él las quisiera. No puso objeción a nada de lo que él le pedía, ya que ella quería aprender del hombre al que ella amaba. Como no se veían todos los días, guardaban las energías para sus encuentros pasionales, y eso a ella la emocionaba infinitamente. Sólo el hecho de pensar que ese era el príncipe azul de la telenovela de su vida le era suficiente para complacerle en todos sus deseos, y además, ella aprendió a disfrutar todas y cada una de las prácticas inculcadas por su amante. Sí, el mejor sexo se lo dio Rin. El sexo perfecto.
Por otra parte estuvieron Clara y Cyva. Con la primera, la intimidad era una especie de aval para usar el dinero que ella se ganaba. Con Cyva había un punto a favor, y era la experiencia de hacerlo a la orilla del mar, que era el lugar donde ella vivía. Era algo alucinante, pero no lo suficiente, ya que ella quería formar una familia, eso lo asustó y por eso esa relación no duró prácticamente nada.
Ahora, hay alguna que otra historia oculta (por los momentos) que terminaría siendo el origen de la personalidad patanesca de Gakupo. Ya les iré relatando cómo se dan los acontecimientos. Por ahora no lo haré porque será un spoiler del tamaño del Salto Ángel. Por ahora dejare este punto aquí. Pueden dejar sus comentarios, este espacio es suyo.
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